ELOGIO DE LA LENTITUD.
Por Carl Honoré.
Creo que vivir deprisa no es vivir, es sobrevivir. Nuestra cultura nos inculca el miedo a perder el tiempo, pero la paradoja es que la aceleración nos hace desperdiciar la vida.
Hoy todo el mundo sufre la ENFERMEDAD DEL TIEMPO: la creencia obsesiva de que el tiempo se aleja y debes pedalear cada vez más rápido.
La velocidad es una manera de no enfrentarse a lo que le pasa a tu cuerpo y a tu mente, de evitar las preguntas importantes… Viajamos constantemente por el carril rápido, cargados de emociones, de adrenalina, de estímulos, y eso hace que no tengamos nunca el tiempo y la tranquilidad que necesitamos para reflexionar y preguntarnos qué es lo realmente importante.
La lentitud nos permite ser más creativos en el trabajo, tener más salud y poder conectarnos con el placer y los otros.
A menudo, TRABAJAR MENOS significa trabajar mejor. Pero más allá del gran debate sobre la productividad se encuentra la pregunta probablemente más importante de todas:
¿PARA QUÉ ES LA VIDA?
Hay que plantearse muy seriamente A QUÉ DEDICAMOS NUESTRO TIEMPO.
Nadie en su lecho de muerte piensa: “Ojalá que hubiera pasado más tiempo en la oficina o viendo la tele”, y sin embargo, son las cosas que más tiempo consumen en la vida de la gente.”
Carl Honoré, el guru anti-prisa y autor del éxito mundial
“Elogio de la lentitud” ofrece en su libro una radiografía de los males de nuestra sociedad y
el remedio para sanarla: la FILOSOFÍA SLOW, simplemente reducir la
marcha y buscar el tiempo justo para cada cosa.
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